SONETO CAUTIVO.-
Hoy con más fe que juicio
fácil cubrimos la razón de sueños,
porque al sentir muy sanos los ensueños
a salvo nos creemos de caer en el vicio.
Pero igual acabamos en cualquier precipicio
porque ni de nosotros somos dueños,
tanto que nos sentimos muy pequeños,
diría que de oficio.
Y cruel resulta vernos vulnerables
cuando ciegos andamos contentos de la vida,
luchando mogollón contra la muerte,
muchas veces con múltiples y costosas variables,
quien sabe, de manera tan suicida
que cantidad de apaños tentamos a la suerte.
Luis Pérez.-
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