SONETO CAUTIVO.-
Mucho me tranquiliza
que la Naturaleza, siempre sabia,
nunca actúe llevada por la rabia
bajo cuyos efectos muy poco se analiza.
Será que con el viento sin pegas simpatiza,
y utilizando su exquisita savia
le puede aún quedar bastante labia,
con la cual se organiza.
Pues de los vendavales nos previene
del daño impresionante que sin cesar le hacemos
a buen seguro todos los humanos,
porque ningún discurso de veras se sostiene
por mucho que a la lengua hoy le demos
afirmando que somos virtuosos como hermanos.
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