SONETO
Ante la encrucijada, temeroso
me muestro como todos los mortales,
porque nuestro carácter de animales
parecernos nos hace, pienso, al oso.
Y aunque nos pueda parecer gracioso
apartar no sabemos muchos males,
cuando sin exigir siquiera avales
nos dejamos llevar por un famoso.
Pues ya quisiera yo pensar honesto,
y en vez de perseguir a la manada
dar ejemplo cabal con mi postura,
aunque ir de profeta lo detesto
como el ladrón que en su miseria nada
al llevar con orgullo su locura.
|