SONETO.-
Dicen que las mentiras encubiertas
acaban por quemarnos las entrañas,
porque consumen mogollón de mañas
al tiempo que dispersan las alertas.
Así que las neuronas bien despiertas
evitan cantidad de telarañas,
esquivando con arte las castañas
que consiguen matar las horas muertas.
Pues prácticos debemos ser en vida
que sudor ya nos cuesta la fortuna
si la hacemos llegar de nuestros brazos,
tanto que quien no vaya de suicida
cuente bien la distancia hasta la luna
si recibir no quiere los sablazos.-
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