SONETO.-
La mar de alegre yo me considero
de que el hambre canina no me mate,
aunque harto de berzas con tomate
feliz no se maneja mi trasero.
No sé si llegaré sano a febrero
sin que cualquier mecenas me rescate,
porque dolido el corazón me late
como si fuera un tétrico hormiguero.
Porque no tiene edad el tiempo cuando
se tercia la desdicha o bien la pena
con el estómago a la par vacío,
que seguir no se puede caminando
si la sangre en las venas se envenena
armando en la barriga tanto lío.-
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