SONETO BLANCO.-
Como aprendí a escapar pronto del hambre
aprendí a perseguir también la liebre,
motivo suficiente por el cual
huyo de los apegos que me humillan.
Tanto que de las normas paso un kilo
que imponer intereses hoy pretendan,
fijando por supuesto grandes costes
a todo aquel que pillen de costado.
Que por naturaleza soy robusto
y la vida me busco como un toro
que en peligro se vea en su toril,
donde ventajas tiene bien seguras
si peleando con sus propias armas
arriesgando su vida no perdona.-
|