SONETO BLANCO.-
Si no fuera la muerte un contratiempo
bien se podrían enmendar las culpas,
mucho antes de marchar al otro barrio
donde nadie asegura qué sucede,
A buen seguro que cruzar la meta
prisas no tiene nadie, y ya me consta
que hasta el último euro pagan hoy,
por no marchar de aquí los poderosos.
No puedo abandonar mi escepticismo
sin refugiarme en las cenizas grises
donde todo granuja se corrompe,
donde todos los gatos se confunden
ocultos en mitad de la manada
lejos del ojo audaz de quien les mira.-
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