Hoy quisiera negar cualquier palabra
que arruinó la fortuna de mimarte,
pero aunque a mi pesar evite odiarte
no puedo excluir idea tan macabra.
Confiado ante el futuro que se labra
nuevas ansias me llevan a admirarte,
será el amor que me aconseja aparte
que una herida del alma jamás se abra.
Desconozco si existe algún secreto
que avale y dé resguardo a nuestras vidas
con la complicidad de lo vivido,
pues razón no me falta, con respeto,
que expresando aventuras compartidas
al amor no me muestre agradecido.
Luis Pérez.-
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