No será de mi vida de trabajo
de donde yo regrese resentido,
sino del cielo fósil prometido
porque suponga en público un carajo.
Así con la justicia yo me fajo
tanto que hasta los créditos liquido,
pareciendo un sabueso forajido
que abandona a propósito su tajo.
Pues de pensión malvivo compañero
ajustando los euros al bolsillo
como un malabarista cada noche
mientras a salvo pongo mi trasero
recordando los tiempos de chiquillo,
de la provocación y del reproche.
|