Si tu piel se advirtiera amor, desnuda,
tal que su magia nunca desfallezca,
quiera el diablo que el día no amanezca
sin antes obtener de dios su ayuda.
Pues no quiero me asalte más la duda
ni que mi desventura se oscurezca,
antes que la fortuna me aborrezca
y la pura verdad hoy me sacuda.
Aunque hubiera un por qué sutil empeño
asando mi pellejo al rojo vivo,
no serían mis noches más humanas
evitando el papel que desempeño,
al verme de favor favorecido
si entre tanto querer me llamo andanas.
|