De corazón acepto mi aventura,
de veras, sin ningún remordimiento,
pues no conozco yo mejor invento
que con éxito alegre mi amargura.
Fácil será que raye la locura
luchando por cubrir mi desaliento,
pero si al fin alivio mi tormento
sin gran esfuerzo pago la factura.
Grácil no ha sido y sin dolor mi vida
escogiendo con lupa los atajos
que mis instintos hayan elegido,
quien sabe si de forma merecida
expuesto siempre a díscolos trabajos
hoy aún me mantienen bien jodido.
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