De joven era yo muy ambicioso
cundo pensaba en arreglar el mundo,
siendo en mis convicciones tan rotundo
que incluso me pasaba de orgulloso.
Ahora visto el fiasco clamoroso
en el cual yo también quizás me hundo,
tapo mi corazón de vagabundo
temiendo que me acusen de tramposo
Ahora que ya soy mayor y viejo
que apenas quiero que me cambien nada
hasta evito me rompan los descuadres,
pues casi no se tiene mi pellejo,
ni en alto puedo mantener mi espada
y meter en marea mis desmadres.
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