Soneto.-
Tal vez no quiera ver en mil espejos
cuanto ocurre entre oscuros bastidores,
temiendo no me gusten los olores
que despedir pudieran hoy de lejos.
Pues si para políticos pendejos,
para gustos se hicieron los colores
y para paladares los sabores,
que los jueces arranquen sus pellejos.
Tanto que de sus gestos me despido
porque esperanza ya ninguna queda
de que actúen de forma coherente,
aunque mesura sí que yo les pido
hasta que respirar aún se pueda
sin tener que perder el don de gente.
Luis Perez.-
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