Soneto.-
Sin echar las campanas hoy al vuelo
deambular un día deseara,
garantizando así que quien me amara
a salvo mantendría mi consuelo.
Que levantando ya los pies del suelo
no pareciera cosa siempre rara,
que mi propia familia me raptara
por no dejarle más tomarme el pelo.
Pues en nuestro verdugo se convierte
llegando a retirarte su saludo
excepto en las desgracias personales,
cuando toda la peña ansía verte
hasta el extremo de dejarte mudo
perdonando pecados capitales.-
|