Quisiera paladear entre las rocas
tus labios encendidos como el fuego,
tus párpados dormidos
los senderos fatales de la tarde
la gruta mas oscura y desolada
y el enigma sedoso de tu pelo.
Quisiera entre las rocas yo decirte
con voz alucinada
el polvoriento verbo que me excita
al ver tus ojos grandes, peregrinos,
tu paso en la vereda
de mis sueños de anhelo tan divino.
Quisiera entre las rocas inmolarme
en desazón suprema
y caer extenuado ante tus plantas.
Sea el último suspiro de mi vida
razón para adorarte y
la letra pertinaz de mi poema.
Quisiera cortejarte tras las rocas
y entre los peces
y tú como sirena
sondear la eternidad con tu corona
de besos encendidos y con mieles
endulzar el letargo de mis horas.
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