Con hermosas palabras el respeto
al final de los años se consigue,
y como la fortuna se persigue
eso sí, sin quedarse nunca quieto.
Podría ser que de razón repleto
la voluntad a solas no investigue,
aunque por el camino se fatigue
y decida doblar ya su esqueleto.
Es lo que dice al menos mi experiencia
en los años que tengo a mis espaldas
por supuesto pagando un buen peaje,
pues transparente luce mi conciencia
lejos ya de los líos de las faldas
porque ya no practique otro lenguaje.
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