A PROPÓSITO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO.-
El amor que se muestra verdadero
muy rara vez su goce modifica,
menos cuando un cabrón lo rectifica
hasta dejar de ser un caballero.
Y es que no basta con decir te quiero,
si luego por detrás va y se critica
y sin ningún pudor se ratifica,
al aplicar la ley con su rasero.
Hipócrita el negocio me parece
el tener que escuchar al asesino
afirmar que a su víctima apreciaba,
mientras con su abogado comparece
ofreciendo disculpas el cretino
negando que a destajo le zurraba.
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