Soneto.-
Siempre que en el dolor nos encerramos
una gran fantasía nos limita,
pudiendo parecernos infinita
si de sus garras nunca descansamos.
Hasta el punto que a veces provocamos
algún tipo de rabia, que nos quita
de la mente la paz que tanto irrita
a quienes hoy de veras aguantamos.
Porque el sufrir supone un buen escape
para quien en sus trabas bien se esconde,
tal vez, tratando de tapar sus penas,
quien sabe si cortando el pelo al rape
viendo que ni su padre le responde,
ni aún poniendo en venta sus melenas.
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