Soneto.-
Ojalá que la calma me acompañe
cuando estando en mitad de los problemas
al instante cambiaran los esquemas
de forma que también me las apañe.
Puesto que en cuanto a la razón atañe,
apenas si reparo ya en los lemas
que me pudieran plantear dilemas,
al ver que el diablo contra mí se ensañe.
Pues cuando la bondad no favorezca
estoy seguro que no tiene precio
ni siquiera los días de mercado,
supongo yo por simple que parezca,
y lo constato por mi fiel aprecio
que aún siento en mi rostro desgraciado.
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