SONETO.-
Quien se agarre confiado a su riqueza
mejor de sus apegos se deshaga,
pues toda su avaricia se la traga
aunque a la tumba lleve su franqueza.
Quizás ningún ladrón a diablo reza
sabiendo que sus méritos no halaga,
cuando pagar por sus pecados paga
aunque quedar se quede de una pieza.
Y es que desnudos todos regresamos
sin distinguir a pobres de los ricos
ni a los gitanos belgas de los rusos,
dispuestos a marchar tal cual llegamos,
igual nos da los grandes que los chicos
porque acabar se acaban los abusos.-
Luis Perez.-
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