Soneto.-
Quienes hagan de tripas corazones
ojalá no descuiden sus pecados,
pues aunque se perciban agraciados
puede que pronto exploten sus riñones.
Quizás al controlar sus emociones
hoy prefieren pasar por desgraciados,
que al verse del Olimpo eliminados
no les produzca fuertes desazones.
Y es que arrastrada acude mucha gente
tras las gangas que ofrecen los gobiernos,
sin sospechar que el diablo les espera
disparando sus ínfulas de frente
para llevarlos hoy a los infiernos
donde vetada está la primavera.
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