SONETO.-
DONDE AGUARDA UN AMOR SU FANTASÍA
dejé sin contraseña mi consuelo,
y a buen seguro mi lustroso pelo
al precio que fijó tu altanería.
De sobra mi semblante lo sabía
cuando quizás se remangaba el velo,
por quitarse de encima aquel mochuelo
pensando que la culpa fuera mía.
Pues nunca de dolor se lamentaba
si al alcance tenía algún rosario
que con tremenda devoción rezaba,
al usarlo tal vez de escapulario
si recién del infierno regresaba
quitándose de encima su calvario.-
Luis Perez.-
|