Soneto.-
Pienso que contra Dios no tengo nada,
sino con quien maneja ese cotarro,
cuando comer nos come bien el tarro
y si alguien no le cree va y se enfada.
Incluso lincharía a su manada
cuando a tirar se niega de su carro,
al no poder frenar el despilfarro
al que diera lugar su fantasmada.
De juzgado parece el mangoneo
que entre manos se traen los profetas
a costa de los rollos de la mente,
que a la sombra han de estar como deseo
poniendo a buen recaudo sus recetas
tal como se condena al delincuente.-
Luis Perez.-
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