En el formol de la memoria,
almacenados como en fiel espejo,
están los recuerdos de mi historia,
ésos que me acompañarán aún viejo.
En el laboratorio de los recuerdos
galopan días y fechas vencidas,
calendarios marchitos, cielos e infiernos,
éxitos y fracasos, vivencias ya idas.
En el formol de la memoria,
sin candados ni cerraduras,
bebo del manantial de mis días
y me alimento de las experiencias duras.
En el laboratorio de los recuerdos
se procesa, sin tregua, la experiencia,
derivada de hechos ilógicos y actos cuerdos,
la historia de mi vida, a ciencia y paciencia.
|