Porque nunca un adiós me reservara
tratando de esconder el sentimiento,
ya no voy a vivir jamás del cuento
ni que me salgan callos en la cara.
Supervivir prefiero en mi mampara
capeando sin duda el sufrimiento,
sin ocultar que avanzo muy sediento
con paso débil, aturdido y lento.
Pues mucho más te quiero con la mente
mientras mi corazón de ti se aleja
deprimido de tanta desventura,
puesto que apenas sabe lo que siente
al ver que sin piedad se despelleja
fácil hasta caer en la locura.
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