Porque en cada rincón dejé mi sueño
a día de hoy disfruto del presente,
allí donde no deba con mi ceño
rendir honor a nadie con la frente.
Pues salí de las islas a por pan
y recorrí buscando medio mundo,
hasta que cultivando el azafrán
la nariz en el polvo casi hundo.
Hoy mis huesos arrastro por Castilla
bien lejos de la mar y de la costa,
pues ya de canas llena mi barbilla
a pescar no me atrevo la langosta.
Me temo que a las islas no recale
ni de visita, creo, más me vale.-
|