SI CON EL ENEMIGO YA NO PUEDES
solía aconsejar mi bisabuelo,
únete si no quieres que tu pelo
con algunos caciques te lo enredes.
Y es que si por las bravas nunca cedes
dormirás sin traperas por el suelo,
mirando de reojos como al cielo
sube sólo quien tienda bien sus redes.
Tú sigue yendo al bar con los colegas
y procura doblar mejor la esquina
cuando chispado vuelvas a tu casa,
que el otro día casi te la pegas
según contaba luego la vecina
en el super haciendo de payasa.-
|