Soneto.-***
Y la piel se me pone de gallina
al ver temblar mis mundos más sagrados,
porque al ser sin pudor manipulados
por todo aquel que su poder domina,
a menudo me asusta cosa fina.
Tanto que yéndome de todos lados
cuenta no quiero más con abogados
que con los pleitos tienen una mina.
Porque no me acostumbro a ver el mundo
que conozco de forma diferente,
en las manos del Dios de los bandidos,
porque entre sus engaños yo me hundo
y desterrar no puedo ya la mente
con mis senderos todos definidos.
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