Siempre fui de mi propio equipo, chacho,
que patadas me dieron sin sentido,
tantas que aún de mi mujer me olvido
cuando en la cama ronco y voy borracho.
Será que dándole muy duro al sacho
acabé en un salvaje convertido,
y por eso ejercer hoy de marido
no cuela en un esófago de macho.
Igual te pueda resonar a chiste
aunque al final resulte siempre cierto
que disfrutar no puedan los amantes,
pues de repente surge algún despiste
que siembra sin razón el desconcierto
convirtiendo a los novios en tunantes.-
Luis Perez
|