Desgraciada parece nuestra vida
por causas de un señor, maldita sea,
que aún viendo la mar bravía y fea
no la estimo perversa ni aburrida.
Hoy que consejos nadie ya me pida
aunque mis pérfido sonetos lea,
pues bastaría que bufón me crea
para que respirar aún me impida.
Y es que si mi familia emigró a Cuba
en Canarias peor iba la cosa
cuando no había arroz ni jaramagos,
así que señorita, vamos, suba
que aún parece usted joven y hermosa
para andar sin bastón por estos pagos.-
|