LOS CONTRAYENTES HAN DE SER ROBUSTOS
Los contrayentes han de ser robustos
para considerar el matrimonio,
aunque tras negociar con el demonio
evitar no se puedan los disgustos.
Porque siempre se llevan grandes sustos
quienes por arriesgar su patrimonio
se empachan con un falso testimonio
sin pensar en el sueño de los justos.
De la iglesia no hablemos, si comparte
ideas rancias, dignas de lebreles
que corren tras la presa, tan veloces
que amigos son del zéjel y del arte
cuando asumen que pierden los papeles
y a sus propios devotos dan de coces.-
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