Llegué tal vez fugaz y transparente
al sitio más tranquilo de la tarde
como un fantasma
y pude caminar serenamente
en el bosque mudéjar, de un momento
que en la espigada Alhambra
esfúmase en el viento con donaire.
Y pude ver el cielo de Granada
azul y muy tranquilamente
caminar ¡oh! sur de España
entre olivares
y siempre presentir las emociones
de plazas y palacios señoriales
y los requiebros de sus lindas gentes.
Me seduce España por transparente,
por tangible, espléndida y suprema,
por su rojo vino
y por las aguas
que desde siempre bañan su camino:
los campos de Castilla,
los genios catalanes,
las nenas madrileñas
y tantas cosas buenas
que desde siglos siembran su destino.
Es su cielo andaluz,
en el Tajo de Ronda
el oriente de tierra tan torera,
en Sevilla la Torre de Giralda
espiga al aire
y la Alhambra a orillas de Granada
de moros y cristianos
historia muy guerrera y con donaire.
¡Viva España...!
Desde dentro y hacia afuera,
en la noche, en la tarde y de mañana.
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