Soneto Cautivo.
Y quizás nunca fueran
gigantes de verdad en sus monturas
cobrando sin remilgo sus facturas
quienes con sus delirios por La Mancha estuvieran.
Pues aunque algunas veces su fe comprometieran
bien caro que sufrieron sus locuras
haciéndonos reír con sus bravuras
tal que así lo eligieran.
Que de quijotes algo ya tenemos
todos sin duda alguna por nuestra sangre roja
al hacer mezquindades cada día,
aunque muy a menudo, puede que lo ocultemos,
tal vez al vernos en la cuerda floja
sin ninguna esperanza de cobrar garantía.
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