SONETO.-
Escapando del hombre como un lobo
muchas veces me voy a la montaña,
donde nadie se atreva a darme caña
por si unas cuantas décimas le trovo.
Pues a ningún sultán mato ni robo
porque ya cada cual se las apaña
como puede, y después cuenta su hazaña
soplando fuerte y a placer del globo.
Que pobres diablos somos, muy de veras,
gracias a dios, por lo que a mí me toca,
creo y en circunstancias deprimentes,
tanto que a veces noches paso enteras
dándole vueltas a la mente loca
imaginando vérmelas sin dientes.-
|