LA VIDA DEL MARINO NO PERDONA
La vida del marino no perdona
y tanta juerga en alta mar desgasta,
ahora en tierra su dinero gasta
sin que su amor despierte la Ramona.
Será que la escopeta no se entona
y andar de pindongueo ha dicho basta,
que disparar sin ánimos aplasta
al quitarle el corpiño a la anfitriona.
Y aunque soñar a mí también me alegra
-sabroso por supuesto y al instante-
hoy la realidad tal vez se impone,
porque cuando la fe se desintegra
seguir no se consigue dando el cante
donde fuerza y pasión se presupone.
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