SONETO.-
Son carne de cañón los refugiados,
mano de obra sutil y bien barata,
si quien se muere su dolor acata
en un mundo repleto de malvados.
Yo diría que habrá descerebrados
por el mundo metiendo bien la pata,
quienes luciendo honor, cuello y corbata
a los pobres mantienen mal parados.
Que en manos de muy pocos la riqueza
en sus propios bolsillos se acumula
mientras por medio mundo campa el hambre,
mientras quien manda en el poder bosteza
al tiempo que sus arcas disimula
como un malabarista en el alambre.-
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