Soneto.-
Si acaso todavía yo me viera
joven saltando riscos y montañas,
mantener debería bien mis mañas
y conservar intacta la guantera.
Que aún en alto ondea mi bandera
con cautela blindando mis castañas,
pues una vez que cierre las pestañas
atrás se quedará la vida entera.
Porque pronto sin fuerzas voy quedando
sabiendo que los años no perdonan,
y gracias doy que apenas si me quejo
de los pateos que me sigo dando,
al tiempo que mis músculos razonan
que aún conserven su mejor reflejo.
|