Soneto.-
A solas siempre apecho con mi sueño
cansado de esperar la primavera,
harto de guarecer mi vida entera
bajo la sombra de un tramposo dueño.
En avanzar ya pongo yo mi empeño
sin exhibir ninguna agarradera,
que me lleve a besar cualquier bandera
porque enemigo nunca habrá pequeño.
Así que alerta duermo sin descanso,
y a duras penas cierro ya los ojos
mucho antes de llegar la madrugada,
quizás con tiempo para hacer el ganso
saltando como cabra los rastrojos
mientras nadie me de su cruel patada.
|