Soneto.-
Si aprendo a ser cada vez más humano
perdidos ya los sueños y ambiciones,
¿para qué quiero ahora los perdones
si nunca yo los he tenido a mano?
Pero tampoco quiero ser tirano
falsificando a mogollón mis dones,
pues apenas dispongo de razones
con las cuales mostrarme tan ufano.
Puesto que de egoísta me vistieron
cuando puedo me quito la corbata
y vivo tan contento a mi manera,
pues como garantía me pidieron
que nunca más metiera ya la pata
sin exponer el rostro por bandera.
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