Soneto.-
Jamás cierro la puerta a mis espaldas
a quien buscando ayuda me requiera,
siempre y cuando no pida mi cartera
porque huya prendado de unas faldas.
Igual pule la guita en esmeraldas
después de disfrutar siempre en primera,
suponiendo que el Sol en primavera
adorna las montañas con guirnaldas.
Porque repleto el mundo está de locos
tratando siempre de obtener fortunas
de quien a ciegas mucho se confía,
porque inocentes nunca somos pocos
los que a la cama vamos en ayunas
sin esperanza y faltos de alegría.-
|