Hoy yo por Cuenca, sus montañas ando
a lomos de mi torva caravana,
aprovechando fresca la mañana
cuando al volante tomo presto el mando.
Será que mientras pienso, caminando
mi mente rula satisfecha y sana,
sin molestar, como le da la gana
que por ahí no va de contrabando.
Así disfruto yo como un chiquillo
jugándose su honor a las canicas
con todos los chavales de la escuela.
Quizás parezca fácil y sencillo
pero según decían muchas chicas
tesón en el jugar ponía. Tela.-
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