Soneto.-
Quisiera hoy renegar de mis papeles,
y aunque sé que me cuesta disfrutar
con ansias el poderte acariciar,
ya ni recuerdo el tacto de tu pieles.
Porque sin pretender probar tus mieles,
tendría que decir a mi pesar
que no haya revolcón que lamentar,
ni compromiso al que deberse fieles.
Pues no quiero prever ideas raras
a las que niegue dar algún sentido,
con la sonrisa muda entre mis ojos
sobre las que supongo que te amparas,
si a resultas me vieras desvalido
sin darle rienda suelta a tus antojos.
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