Soneto.-
Quien se deje arrastrar por las ideas,
soñando que no tiene ningún miedo
a la muerte jamás se chupe el dedo
viendo como le fijan las correas.
Quién sabe si entre tantas odiseas
no se mete en cualquier sutil enredo,
ignorando de veras a su credo
hasta sufrir molestias y diarreas.
Pues muchas veces ciegos caminamos
sin temer los dictados de la ciencia
hasta ver los peligros de repente.
Y como quiera que sin freno vamos
limando sin remedio la conciencia,
de película vemos el presente.
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