CALLAR NO QUIERO PENAS NI AMARGURAS
Callar no quiero penas ni amarguras
por culpa de prejuicios amañados,
que de leches me dan por todos lados
si al día no controlo sus locuras.
Pues de muy poco sirven las ternuras
si en las manos señor, de acomplejados,
razones no consiguen los colgados
por más que exista Dios en las alturas.
Porque quizás enfermedad sin frenos
encierra la barriga del cornudo
si al meterse en asuntos muy ajenos
se le enreda en la lengua un largo nudo
como aquellos que hacían los helenos
a sus novias debajo del felpudo.-
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