Soneto***.-
No pretendo pasiones en mi aprecio,
mucho más me presiona la pereza
que al mendigo persiga la pobreza,
pagando por la paz un alto precio.
Seguramente fui bastante necio
para complacerme con entereza,
que ataviado con aires de grandeza
hoy pretenda evitar el menosprecio.
Pues todo compromiso me repele
y una sola mirada de indolencia
impresiona mi pecho del abrigo.
Seguiré al cazador que no se duele,
que lejos de envidiar con insolencia
aun logra cargar la paz consigo.
|