Soneto***-
Sin un palmo de tierra de simiente
alimentado en medio tan maltrecho,
¿cómo no iba a lograr perder mi lecho
viéndome malherido de repente?
Si al amparo del ego de mi mente
noto como se rompe cuanto acecho,
al ver que las miradas de despecho
nunca preguntan como el alma siente.
Si incapaz de saciar los apetitos,
que sin remedio corren por mis venas,
ya me cuido del trueno y sus estragos.
Pues sin poder negar hoy mis escritos,
quiero tranquilizar todas mis penas
aunque doler me duelan los lumbagos.
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