A la suerte jamás me he entregado
porque a la brega saco buen provecho,
pues siempre como sepa me pertrecho
si noto que mi cuerpo está cansado.
Y hasta me considero afortunado
de trotar todavía bien derecho,
al mantener la vista sobre acecho
sin verme por fortuna desdichado.
Pues el ir por el mundo de optimista
bien merecido el mérito ya tiene
que gozando del premio que persigue,
sin ser en absoluto pesimista
la mente saludable la mantiene
salvo que la firmeza se fatigue.
|