Soneto.-***CARNE DE CAÑÓN BARATA.-
Pobres diablos quienes se torturan
que tan solos van al matadero,
pensando que ya eligen su sendero
mientras que nada bueno les auguran.
Sin embargo sus piernas se fracturan
defendiendo a su patria con esmero,
buscando las lentejas del puchero
que los golpes del hambre siempre curan.
Hablo de los soldados de la guerra
que al principio parecen muy valientes
blandiendo la escopeta entre sus brazos,
pero que luego caen bajo tierra
dejando sin calor a sus parientes
que afrontar deberán los batacazos.
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