Soneto.-***.
Caminando las sendas del destino
ya converso conmigo siempre a solas,
y hasta me cuento suculentas trolas
mientras descanso en medio del camino.
Y cuando así sucede me imagino
que hasta sueño en un campo de amapolas,
al que batiese un bello mar en olas
hasta indagar su fondo cristalino.
Bien cerca ando que sanen mis complejos
cuando a estas alturas de la vida
parece que lo vaya superando,
y ojalá me funcionen los reflejos
trincando los problemas por la brida
mientras pueda seguirme preparando.
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