Cómo voy a desnudar
toda mi alma de una vez
si arrastro gran timidez
desde que tu malestar
me dejó sin descansar,
obligándome a ser juez
y parte, sin lucidez
en aqueste muladar.
Hoy me pregunto, si acaso,
no formé parte del juego
o quizá quedando cojo
ni siquiera salí al paso
practicando el desapego
por miedo a perder un ojo.
|